18, 5 km - 1:36:43 min.
1249 cal. - 5´13"/km
A sabiendas de que me espera un fin de semana en Sevilla de ocio y disfrute, había que forzar y correr lo máximo posible durante la semana.
El Martes y Miércoles corrí 20 km (en series) y 9 km, respectivamente. El Jueves era el tercer día consecutivo corriendo y no sabía como se comportarían mis piernas y mi mente.
Pero el resultado fue totalmente positivo.
Es lo que tiene el Running... cuanto más corres más quieres correr.
Esta vez se trataba de volver a correr en un paisaje natural, algo que nos alejase del ruido y el estrés que envuelve a Madrid.
El destino elegido fue la Casa de Campo: km llenos de arboles, tierra, senderos y ardillas que nos acercan a la naturaleza y nos aleja del agobiante ritmo de la urbe.
Los primeros km los rodamos (mi hermano y yo) en la ciudad, buscando el camino más corto que nos hiciera dejar atrás el asfalto.
Una vez llegamos a la Casa de Campo, el ritmo cambió totalmente; las piernas respondían de manera natural, sin falta de forzarlas.
La primera parte del Trail Running fue cuesta arriba, con la dureza de correr en gravilla, saltando baches o esquivando rocas.
La segunda parte buscamos perdernos entre los múltiples senderos que llevan al lago de la Casa de Campo; un descenso que machacó nuestras piernas pero nos libero totalmente.
En conclusión:
Alternamos subidas y bajadas en terrenos mas o menos consistentes, pero siempre con una sonrisa y una actitud implacable, que es lo que nos ha permitido rodar 18 km después de tener un cansancio físico importante.
Uno de los mil rincones de la Casa de Campo |
Corriendo generamos endorfinas y estas producen sensaciones positivas en nuestro cerebro que nos convierten, simplemente, en seres más felices.
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